CANÍBALES



Matilde entró en la casa. Encontró a sus tías en el suelo, muertas. Sus cuerpos tenían mordiscos por todas partes. Como si un animal salvaje, no demasiado grande, las hubiera devorado. Se fijó en las marcas: dientes pequeños, afilados… James, el mastín color canela de su tía Agnes, permanecía junto al cadáver de su dueña, lleno de arañazos. Matilde, enfurecida, buscó a la gata.