"Aislarla de esta hora de pena
Y echando la tierra sobre ella, como un respiro,
Coserla tiernamente, para que pueda
Cosechar su muerte.
...
Y cerrar sus ojos, cerrar sus labios,
Pues quieta, muy quieta está su castigada lengua;
Su hora ha terminado, su aliento ha pasado,
Y su canto se cantó.
Ponerla bajo la roja hierba salvaje
En los campos que la muerte removió y doblegó
con lluvia;
Y dejar que su silencio parezca moverse
Dentro de la semilla."